Han sido muchos los siglos de profunda oscuridad, de estar atados al miedo, de no poder despertar pero ya se están abriendo las flores del Arrayán con sus blancos mensajes.
Y me di cuenta de que hay tantas vidas ahí fuera, como ideas aquí dentro, que el tiempo convierte tragedias en recuerdos, que cuando aprendo no es por la experiencia en sí, sino el momento.
Y un nuevo yo despierta, cada transformación con más pasión y más cabeza. Más sabio cuanto menos certezas, cuanto menos se quejen y más compromiso le echa. A no esperar la vida ideal e ir a por ella.