Escrito por Victor Codina en el blog de Cristianismo y Justicia.
En momentos de crisis y caos, como la actual guerra de Ucrania, es necesario apelar a principios básicos y valores fundamentales que iluminen nuestra situación.
Frente la guerra, hemos de recordar el 5º mandamiento del decálogo mosaico: “No matarás”. El contenido de este mandamiento es común a todas las religiones y forma parte de los modernos Derechos Humanos.
El “No matarás” es totalmente necesario en una humanidad que siempre cae en la tentación de la violencia y la guerra, desde Caín a Ucrania pasando por las guerras históricas del pasado y del presente: Auschwitz, Hiroshima, Guernica, Tiananmen, Tlatelolco, Mozote, hutus y tutsis en Ruanda y Burundi, Bosnia, Palestina, Siria, Irak, Pakistán, Yemen, Afganistán y ahora Ucrania.
La historia humana está llena de guerras, invasiones, conquistas, genocidios, colonizaciones, exterminios, guerras dirigidas por la prepotencia de unos varones, muchas veces psicópatas, que mandan a la guerra a jóvenes que mueren sin saber por qué. Las víctimas, en último término, son siempre las mujeres, los niños y los ancianos. Las guerras olvidan que todos somos hermanos y hermanas, miembros de la misma humanidad.
Los motivos de las guerras pueden ser políticos, económicos, religiosos, étnicos y a veces todos ellos juntos. Hoy día, detrás de las guerras están las fábricas de armamento que venden armas a unos y a otros. La guerra es para algunos sectores un gran negocio. Y la guerra se extiende también a la explotación de la naturaleza por el paradigma tecnocrático y el neoliberalismo económico.
Frente a esta situación, el “No matarás” exige respetar la vida, toda vida, defender la vida amenazada, proteger y curar la vida, amar la vida, odiar la violencia y la mentira que están en el origen de las guerras. El bien más preciado es la paz, la reconciliación, el abrazo entre antiguos enemigos.
Para la tradición judeocristiana, la paz es el gran don mesiánico, el Shalom. Jesús de Nazaret, asesinado por la teocracia judía (Caifás) y el Imperio romano (Pilato), resucita de entre los muertos y nos trae la paz, la alegría y el perdón. El reverso de la guerra y la muerte es la vida, Dios es el Dios de la vida y Jesús ha venido para darnos la vida en abundancia. El “No matarás” sigue siendo hoy muy actual y muy urgente.